Tus pertenencias a
partir de ese día eran mías, tus ideas, acciones y cada uno de tus sueños se
encogieron y entraron en mí.
Te conozco mucho más
que tus mejores amigos, tus padres o cualquier otra persona.
Tal vez tengas
curiosidad de saber quién soy.
Pasas mucho tiempo
conmigo, y he visto desde tus primeros arrebatos de ira, tu instinto asesino y
tus lágrimas por tal vez la partida de un ser querido. ¿Por qué soy lo primero
con quien te desquitas? ¿Acaso yo tengo la culpa de tus malas pasadas?
Y soy yo quien te
separa del resto del mundo, aislamiento y protección cuando lo requieras.
Soy tu habitación, y todas
mis caras te han escuchado quejarte de la situación del país, han visto
sorprendidas todo lo que has hecho aquí y no eres capaz de hacer por fuera. Soy
quien te ha visto crecer y vivir día tras día y te ha protegido de duras
tormentas y días soleados, en quien te abrigas y escondes de fantasmas del
pasado, en crueles mentiras e hipócritas personajes. Conozco tus pasiones y ya
hemos pasado tanto tiempo juntos que me acostumbré a ellos y hasta les he
cogido cariño.
Inanimada me llamarás
pero tú mismo me has dado personalidad y vida con cada cartel que pegas en mis
caras, con cada nuevo objeto que traes a mí y con tus propios proyectos y
planes.
El día que ya no estés
mas aquí aun así, yo no te extrañaré. Ustedes los humanos siguen ciclos y
costumbres extrañas, siempre pasa lo mismo: Llega un nuevo “amigo”, este crece
y vive aquí, me brinda toda su confianza, pero ya llega la hora en que cierra mi
puerta y no vuelve nunca más. ¿Acaso olvidan siempre de dónde han salido o
dónde empezó todo? Es bastante triste pero no te preocupes, yo ya me he
acostumbrado a esto, pasó así desde que pusieron mis primeras bigas y soportes.
Y no deseo que ese
día llegue aún. Por mas tortazos que me des cuando te enfureces, o más ruido
que yo deba disminuir en tus ataques de locura, me agradas y siempre estaré
igual de firme para ti. No me culpes si mi amiga la tierra le da por sacudirse
un poco y nos haga caer a ambos, son cosas que pasan sin querer.
Por ahora te diré que
sigo aquí, día a día esperando tus triunfos, por ahora olvidemos eso de tu
partida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario