Qué más da, yo quiero
comer un poco más. Hoy mañana y toda la semana escuché alguna vez, pues de los regodeos
de la vida está el comer. Satisfacción detrás de cada platillo, bocado a bocado
solo no pienso, degusto y trago. ¿Qué puedo hacer si lo mío es la comida?
Dulces, salados, me
gusta asociar la gente con diferentes platos; todos diferentes pero a la vez
únicos, hasta el más sencillo tiene su talento y quién le guste.
Que inmenso placer
llegar a casa y dedicarme a comer, nada mejor que la comida en casa, podrá ser
muy barata, fina y hasta agradable por fuera pero prefiero la sazón de mi
abuela y hasta la de mi madre.
Yo que estoy muy
lejos de mi hogar me dedico a probar mil y un platos antes de regresar, es que
no hay nada más variado y lleno de pasión y hasta amor que lo que un chef
cocina en su estación.
Atreverse a probar
algo nuevo, una nueva experiencia y un nuevo sabor, es lo que distingo en cada
ocasión. Le hablo hoy a la comida y a lo que me llena cada día. Comer es un placer
y yo lo disfruto y disfrutaré cada vez más si tengo con quien reír, conversar y
hasta entender lo que este regalo tan preciado nos permite obtener.
No siendo más yo
trato partiré a cenar, mi estomago espera sea de su gusto y yo solo digo, la
comida siempre es y será lo más justo.
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